Las leyendas de Galápagos son únicas en la cual nos hacen ver sus lindos lugares y conocer un poco mas de estas hermosas islas.

domingo, 28 de agosto de 2016

LA MALDICIÓN DE LA GUAYABA

“A los pocos días, Cobos fue asesinado por sus trabajadores, a tiros y machetazos, mientras que hoy, la guayaba es un problema en muchas de las islas de Galápagos”.

Galápagos es lugar de leyendas. Las hay sobre aquellos que encontraron tesoros de piratas, enterrados en sus casas o en profundas cuevas. Existen mitos sobre maldiciones lanzadas en tiempos de bucaneros, o de los primeros colonos. Historias de dolor, odio y venganza aún por descubrir y contar.
En San Cristóbal existe la leyenda del árbol de guayaba. Parece que esta fruta fue introducida a la isla por Manuel Julián Cobos, un hombre que fundó la primera plantación y refinería de caña de azúcar en Galápagos.
Se cuenta que cuidaba al árbol con fervor, que amaba sus frutos, y usaba la corteza para curtir las pieles de ganado. Manuel llegó a San Cristóbal en 1880. Se asentó a 8 kilómetros de Puerto Baquerizo Moreno, entonces conocido como Puerto Chico. Aquí fundó su hacienda El Progreso, donde laboraban convictos traídos desde la colonia penal que había fracasado en Floreana, y otros del continente. Cobos manejaba su negocio como implacable tirano, tratando a los trabajadores como esclavos. Se les pagaba en la propia moneda de Cobos, y se les vendía productos y enseres en la misma tienda de él.
En este ambiente crecía el árbol de guayaba, hermoso y abundante. Pero Cobos no permitía que nadie, excepto él y su esposa, lo tocaran y menos aun, probaran sus frutos.

EL PIRATA LEWI

De tiempo en tiempo el abandonaba la isla nadie sabia con que propósito lo hacia y luego regresaba para continuar con su vida tranquila y monótona.
Por esos azares de la vida el se hizo gran amigo de Manuel Cobos y como sentía que su fin estaba próximo el decidió revelarle el secreto de sus viajes.
El pirata Lewis tenía enterrado en algunas de las islas del archipiélago producto de lo que se cree era un asaltante de barcos y cuando tenía apuros económicos visitaba en una destartalada chalupa la isla donde tenía su tesoro mal habido de sus robos en el pasado y volvía con lo suficiente para solventar sus gastos por algún tiempo.
Para el efecto tomaron entonces una embarcación de pesca y acompañado de cuatro marinos se hicieron al mar. Las cosas en la embarcación parecían llevarse con normalidad pero aproximadamente a la mitad del trayecto el pirata Lewis comenzó a actuar de una manera desquiciada el se había puesto totalmente descontrolado, amenazaba con hundir el barco para que todos mueran, estaba hablando cosas sin sentido gritaba y saltaba sin control y la tripulación le temía por todo lo que estaba haciendo.
Al ver las cosas inexplicables el Sr. Cobos ordeno inmediatamente regresar a San Cristóbal mientras que el pirata seguía todo el trayecto de regreso delirando con sus locuras y cuando desembarcaron en la isla los cuatro marinos huyeron despavorida mente para ponerse a salvo de lo que pudiera hacer.